En los tiempos actuales, los empresarios de éxito saben que el liderazgo eficaz requiere desarrollarse a través de una práctica diligente e intencionada. Los mejores líderes, por tanto, invierten en el desarrollo de sus habilidades para aumentar su rendimiento a lo largo del tiempo.
En este contexto, una de las habilidades más vitales que puede tener un líder suele ser la menos comprendida: la inteligencia emocional.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional (IE) es la capacidad de reconocer y comprender las emociones en uno mismo y en los demás, y de utilizar esta capacidad para gestionar su comportamiento y sus relaciones. Se ha demostrado que es más importante que el coeficiente intelectual a la hora de determinar el rendimiento de los empleados y líderes en el lugar de trabajo.
El coeficiente intelectual se divide, a grandes rasgos, en cuatro áreas clave; autoconciencia (la capacidad de percibir las propias emociones); autogestión (la capacidad de gestionar las propias emociones); conciencia social (la capacidad de comprender las emociones de los demás); y gestión de las relaciones (utilizar estas habilidades para gestionar bien las interacciones).
El término, acuñado por primera vez por los profesores de la Universidad de Yale Peter Salovey y John D. Mayer en 1990, se definió como «el subconjunto de la inteligencia social que implica la capacidad de controlar los sentimientos y las emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y las acciones propias».
Pero en realidad fue el Dr. Daniel Goleman quien introdujo el concepto en el debate sobre el liderazgo hace más de 25 años. En su libro Emotional Intelligence: Why it Can Matter More than IQ (Inteligencia emocional: por qué puede ser más importante que el coeficiente intelectual) señala que los niveles altos de inteligencia emocional ayudan a las personas a mejorar las relaciones laborales, a desarrollar la capacidad de resolver problemas y a aumentar la eficiencia.
Estos beneficios son cruciales, ya que dirigir un negocio con éxito puede ser una de las tareas más difíciles que uno puede emprender. Aunque las estrategias de marketing y ventas son esenciales para el crecimiento, los rasgos de personalidad y los hábitos pueden tener un impacto significativo en el éxito.
He aquí cómo la mejora de su inteligencia emocional puede convertirle en un mejor líder y ayudar a que su empresa crezca.
5 maneras en las que la inteligencia emocional le hará un mejor líder
1. Invertir en inteligencia emocional crea un estilo de liderazgo más fuerte
Probablemente todo el mundo ha oído decir a menudo que la buena crianza es autoritaria, no autoritaria. En otras palabras, un buen padre da ejemplo y le enseña a actuar de forma razonable, no se limita a dar normas arbitrarias o incoherentes con una actitud de «porque lo digo yo». Lo mismo ocurre con el liderazgo.
Un líder apoyado por una alta inteligencia emocional es más capaz de mostrar un enfoque autoritario que uno autoritario.
2. Si el líder tiene una alta inteligencia emocional, contagia
La inteligencia emocional es absolutamente contagiosa. Cuando alguien en un equipo muestra la Inteligencia Emocional, los demás le siguen, influenciados por la positividad y la productividad de ese individuo. Cuando ese miembro del equipo es el líder, se produce un efecto en cascada que influye en todos los empleados.
3. Favorece la escucha y la confrontación
Uno de los puntos débiles significativos del liderazgo autoritario es que no hay lugar para la conversación. Cuando los miembros del equipo plantean un nuevo punto o incluso abogan por un enfoque diferente al del líder, son inmediatamente reprendidos por éste mientras sus pensamientos y aspiraciones son desestimados.
Un líder con una fuerte Inteligencia Emocional entiende que puede aprender de su equipo. Tiene compasión y empatía. Se preocupa por todos los puntos de vista y se toma el tiempo de considerarlos cuidadosamente.
4. Puede aumentar el compromiso del equipo
El líder de alta IE crea un entorno que lo refleja y los miembros del equipo están más dispuestos a afrontar las dificultades de forma dinámica y positiva. Cuando los plazos son ajustados, cuando los proyectos no tienen éxito o cuando su carga de trabajo parece demasiado pesada, el equipo de alta IE puede adaptarse y mantener una perspectiva saludable. Siguen comprometidos con su trabajo y con los objetivos del equipo, pase lo que pase.
5. El ecualizador crea un bucle de retroalimentación
Con una mayor capacidad de escucha y una mayor conciencia social de la IE, un líder puede sintonizar con las señales sociales y de equipo que necesita para sobresalir y mejorar como líder. Esto crea un bucle de retroalimentación positiva para ellos, que pueden utilizar para perfeccionar sus habilidades de liderazgo, perfeccionar los procesos y apoyar a los miembros del equipo de manera más eficaz con el tiempo. En el liderazgo transformacional, en el que las características personales de un líder se destacan por encima del rango, la Inteligencia Emocional es importante.