Multas significativas para gigantes tecnológicos
La ambición de cada empresa tecnológica es ser la primera en su sector, pero en este caso, Apple y Meta han sido las primeras en recibir sanciones significativas por parte de la Comisión Europea. Esta acción marca un hito en la aplicación de la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea, que busca regular el comportamiento de las grandes plataformas digitales.
Detalles de las sanciones impuestas
El miércoles, se anunció que Apple ha sido multada con 500 millones de euros, aproximadamente 570 millones de dólares, lo que representa el 0.15% de sus ingresos de 391.04 mil millones de dólares en 2024. Esta multa se debe a las prácticas de «anti-steering» que no cumplen con las normas antimonopolio establecidas por la DMA. El término «anti-steering» se refiere a las restricciones impuestas por la App Store de Apple que impiden a los desarrolladores informar a sus usuarios sobre plataformas alternativas donde pueden realizar compras.
Por otro lado, Meta ha recibido una multa de 200 millones de euros, alrededor de 230 millones de dólares, que equivale al 0.14% de sus ingresos de 164.50 mil millones de dólares en 2024. Esta sanción está relacionada con el modelo publicitario de «pago o consentimiento» utilizado en Facebook e Instagram, donde los usuarios deben pagar para disfrutar de una experiencia sin anuncios o consentir que las plataformas utilicen sus datos.
Posibilidad de apelación y cumplimiento
Tanto Apple como Meta tienen la opción de evitar estas multas si cumplen con la decisión de la Comisión Europea en un plazo de 60 días. Sin embargo, según informes de medios como The Verge y The New York Times, ambas compañías planean apelar la decisión, lo que podría prolongar el proceso legal y la incertidumbre sobre el futuro de sus operaciones en Europa.
Este desarrollo se produce en un contexto complicado para otras grandes tecnológicas, como Google, que ha enfrentado decisiones antimonopolio y acciones legales en diferentes partes del mundo, incluyendo Japón. La presión regulatoria sobre estas empresas está aumentando, lo que podría llevar a cambios significativos en la forma en que operan en el mercado europeo y global.