Recientemente, un grupo de investigadores chinos, vinculado al Ejército Popular de Liberación (EPL), ha hecho olas en el ámbito de la inteligencia artificial al utilizar el modelo Llama 2 de Meta para crear un chatbot con fines militares. Este desarrollo ha suscitado preocupaciones sobre el uso de tecnologías de inteligencia artificial abiertas en aplicaciones defensivas, lo que podría cambiar el panorama de la guerra moderna.
El chatbot ChatBIT y sus funciones
El chatbot, denominado ChatBIT, está diseñado para recopilar y procesar información de inteligencia, así como para ofrecer apoyo en la toma de decisiones operativas. Según informes de Reuters, este avance representa uno de los primeros indicios de que el ejército chino está intentando aprovechar modelos de IA abiertos para fines de defensa. La capacidad de ChatBIT para manejar información crítica podría proporcionar a las fuerzas armadas chinas una ventaja significativa en el campo de batalla, lo que plantea preguntas sobre la ética y la seguridad de la inteligencia artificial en contextos militares.
Reacción de Meta y preocupaciones sobre el uso no autorizado
Meta, la empresa detrás del desarrollo de Llama 2, ha declarado que el uso de su modelo por parte de los investigadores chinos fue “no autorizado” y va en contra de su política de uso aceptable. La compañía ha subrayado que el modelo Llama 2, que tiene aproximadamente un año de antigüedad, no debería ser utilizado para aplicaciones militares. Esta situación resalta la creciente preocupación sobre cómo las tecnologías de IA pueden ser mal utilizadas por actores estatales, especialmente en un contexto donde la competencia geopolítica está en aumento.
Implicaciones para el futuro de la inteligencia artificial
El informe de Reuters no solo destaca el uso de IA por parte del ejército chino, sino que también alimenta el debate sobre los méritos y riesgos de la inteligencia artificial abierta. A medida que más países exploran el potencial de la IA en aplicaciones militares, es fundamental establecer regulaciones claras y éticas que guíen el desarrollo y uso de estas tecnologías. La comunidad internacional debe considerar cómo prevenir el uso indebido de la inteligencia artificial, especialmente en contextos que podrían amenazar la seguridad global.