Cada disciplina tiene su propio manual de uso, para entender las diferencias semánticas de cada una, en este caso se tratará sobre un tema general como la comunicación ambiental, en las empresas, y últimamente de organismos e instituciones, que en las políticas de RSE o ESG (Medio Ambiente, Social, Gobierno Corporativo) juegan una buena parte de su reputación.
Y no sólo eso: de cerca los inversores que han adoptado la responsabilidad social como parámetro de sus políticas de asignación de activos, cada vez tienen que tener más en cuenta a tiempo, la forma en que persiguen y alcanzan estos objetivos.
Para aclarar, entonces, la contribución de un grupo de expertos y comunicadores de Ferpi, la Federación de Relaciones Públicas de Italia, que ha elaborado un Libro Blanco sobre comunicación ambiental, editado por Sergio Vazzoler, socio de Amapola, y Stefano Martello, periodista y ensayista. Un excurso de múltiples partes que aborda el tema de la comunicación ambiental en su complejidad, con un enfoque metodológico multidisciplinar: desde los procesos de formación y reconocimiento profesional, hasta los equipos instrumentales dentro de las áreas de aplicación individuales.
El libro, publicado por Pacini Editore para la serie New Fabric, recoge 13 testimonios diferentes en otros sectores profesionales, destacando un enfoque original e innovador. Cada contribución, de hecho, investiga la comunicación ambiental desde distintos puntos de vista, ofreciendo elementos de reflexión y herramientas operativas para hacer frente a la narración de las muchas facetas del tema ambiental. Una tarea que está lejos de ser simple, ya que el entorno tiene muchos aspectos contradictorios y difíciles de traducir que chocan con la complejidad de la realidad y la vida cotidiana.
«El libro intenta poner el tema ambiental y el desafío de comunicación relacionado en el centro del debate público» explica Sergio Vazzoler. «Queremos ofrecer un nuevo enfoque al tema, sin eludir su complejidad, pero con el conocimiento de que el factor cultural representa una extraordinaria oportunidad para influir en el comportamiento de las empresas, instituciones y ciudadanos. Si bien es cierto que las cuestiones medioambientales están recibiendo cada vez más atención hoy en día, también es cierto que siguen siendo débiles, complejas y contradictorias. Para hacer frente a ellas, las palabras clave son: escucha, transparencia, empatía, motivación y apertura; sólo de esta manera será posible acortar las distancias entre los intereses del desarrollo económico y la protección del medio ambiente para encontrar soluciones compartidas«. Y para ayudar a identificar una plataforma común para desarrollar racionalmente la comunicación ambiental, el libro también nos ofrece en conclusión un útil manual de indicaciones prácticas que cada comunicador debe tener en cuenta para llevar a cabo su tarea de manera eficaz.
- I. Las cuestiones ambientales hoy en día reciben cada vez más atención (efecto Greta) pero siguen siendo débiles, complejas y contradictorias.
- II. Valores como la ética, la seguridad y la salud están estrechamente relacionadas con el medio ambiente
- III. La complejidad técnica y estos valores dan dudas, preguntas, solicitudes de profundización y también temores o solicitudes de tranquilidad. Ya sean motivados o no, deben ser atendidos y legitimados para activar o mantener abierta una relación.
- IV. La transparencia paga: transferir mensajes reales, comprensibles y completos nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos.
- V. Borrar el lenguaje de las siglas, el tecnicismo y los códigos para los iniciados es esencial para hacer aumentar la empatía, la cercanía y la motivación.
- VI. Escuchar, dialogar e interactuar con sus interlocutores en una relación continua es la manera de entenderlos, satisfacerlos y al mismo tiempo empoderarlos en compromisos compartidos.
- VII. Ser positivo y atractivo no significa practicar el greenwashing: ser capaz de interceptar intereses y deseos facilita la adhesión a los desafíos ambientales y la adopción de comportamientos virtuosos. Sin embargo, siempre que garanticemos la coherencia entre las palabras y el comportamiento.
- VIII. Mantener unidos los comportamientos individuales y colectivos, garantizando que la activación de buenas prácticas ambientales a nivel individual pueda fomentarse mediante un marco político y social adecuado en el que reflexionar.
- IX. Aprovechar las oportunidades de la comunicación digital y las redes sociales para acortar distancias y establecer un canal de escucha y diálogo siempre activo y tripulado. Esencial en este sentido es encontrar su propio tono de voz, motivar cada elección y no evitar la confrontación.
- X. La conciencia no es suficiente. Nuestras acciones no dependen sólo de la racionalidad: las contingencias, las emociones, los factores de ansiedad juegan un papel decisivo. De ahí la necesidad de ampliar el campo de la comunicación ambiental a las habilidades sociales, cognitivas y artísticas.