Un error inesperado en la comunicación gubernamental
El pasado fin de semana, Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, se vio envuelto en un escándalo digital cuando fue añadido sin previo aviso a un grupo de chat en Signal que incluía a 17 funcionarios del gobierno de EE.UU. Estos estaban discutiendo sobre inminentes ataques aéreos en Yemen. Este incidente ha suscitado inquietudes sobre la privacidad y la seguridad en las aplicaciones de mensajería, especialmente en un contexto donde la comunicación segura es crucial.
¿Cómo se filtran los números de teléfono?
La situación ha planteado preguntas sobre cómo los números de teléfono terminan en listas de contactos y cómo las aplicaciones de mensajería pueden incluir a usuarios sin su consentimiento. El asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, comentó que el número de Goldberg fue «absorbido» de otro contacto, sugiriendo que la integración de números en aplicaciones de mensajería puede ser más compleja de lo que parece. Sin embargo, Goldberg respondió en un programa de televisión, afirmando que «los números de teléfono no simplemente se absorben en otros teléfonos», lo que indica una falta de control sobre la privacidad en estas plataformas.
La defensa de Signal y sus implicaciones
Meredith Whittaker, presidenta de Signal, no abordó directamente el incidente de seguridad nacional, pero utilizó su plataforma en X para señalar que «hay muchos ojos nuevos en Signal, y no todos están familiarizados con la mensajería segura y sus matices». En su defensa, describió a Signal como el «estándar de oro para comunicaciones privadas y seguras», lo que resalta la importancia de la educación sobre el uso de herramientas de mensajería en un mundo donde la privacidad es cada vez más vulnerable.