La serie limitada Zero Day, protagonizada por el aclamado actor Robert De Niro, ha generado un gran revuelo desde su estreno en Netflix. A través de su narrativa, la serie intenta abordar la crisis política y social que enfrenta Estados Unidos, pero lo hace de una manera que deja a muchos espectadores frustrados. A pesar de contar con un elenco estelar que incluye a Angela Bassett y Lizzy Caplan, la serie parece no conectar con la realidad política actual, lo que plantea interrogantes sobre su efectividad como thriller político.
Una trama que refleja la crisis actual
La historia de Zero Day se desarrolla en un Estados Unidos sumido en el caos tras un ciberataque devastador que ha dejado miles de muertos y ha comprometido las infraestructuras del país. La presidenta Evelyn Mitchell, interpretada por Bassett, se embarca en una misión para descubrir la verdad detrás del ataque, mientras que el ex presidente George Mullen, interpretado por De Niro, es reclutado para liderar una comisión con amplios poderes de vigilancia. Sin embargo, la serie no profundiza en las razones detrás de la creciente desinformación y las teorías de conspiración que plagan la sociedad estadounidense.
La falta de claridad política
Uno de los aspectos más criticados de Zero Day es su decisión de no asignar afiliaciones políticas claras a sus personajes. Esto, aunque intencional, puede resultar confuso para los espectadores que buscan entender el contexto político en el que se desarrollan los eventos. La serie menciona la división en el país, pero no proporciona un marco claro sobre cómo los personajes se posicionan en el espectro político. Esta ambigüedad puede restar impacto a los mensajes que intenta transmitir sobre la necesidad de unidad y bipartidismo.
Un análisis superficial de los problemas sociales
A lo largo de la serie, se presentan afirmaciones simplistas sobre la división en la sociedad, como la idea de que una mitad del país está atrapada en teorías de conspiración mientras que la otra se preocupa por cuestiones de identidad. Este enfoque no solo trivializa problemas complejos, sino que también evita una crítica más profunda hacia los políticos que perpetúan estas divisiones. Al no explorar quiénes son los responsables de la desinformación y la polarización, Zero Day parece eludir su responsabilidad al abordar estos temas.
En resumen, aunque Zero Day intenta ser un thriller político relevante, su falta de profundidad en el análisis de la realidad política actual y su ambigüedad en las afiliaciones políticas de los personajes limitan su efectividad. La serie, que ya está disponible en Netflix, invita a la reflexión sobre cómo las narrativas contemporáneas pueden influir en nuestra comprensión de la política y la sociedad.