Un vistazo al X-37B
El X-37B, un avión espacial no tripulado desarrollado originalmente por Boeing para la NASA, ha capturado la atención del mundo con sus innovadoras misiones en el espacio. Desde su transferencia a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) en 2004, este vehículo ha estado realizando experimentos y pruebas en órbita terrestre, demostrando su capacidad para operar durante años sin regresar a la Tierra. En su séptima misión, el X-37B ha realizado maniobras pioneras que destacan su eficiencia y versatilidad.
Maniobras innovadoras en el espacio
Una de las características más impresionantes del X-37B es su capacidad para ejecutar maniobras de «aerofrenado». Este proceso implica pasar cerca de la atmósfera terrestre para generar resistencia, lo que permite al avión cambiar de órbita sin consumir grandes cantidades de combustible. Según el exsecretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, estas maniobras no solo son innovadoras, sino que también subrayan el compromiso de la Fuerza Espacial de EE. UU. con la innovación en misiones de seguridad nacional. En 2024, el X-37B capturó imágenes de la Tierra mientras realizaba experimentos en una órbita altamente elíptica, lo que demuestra su capacidad para operar en condiciones extremas.
El futuro del X-37B
A pesar de que el X-37B lanzó su última misión en diciembre de 2023, aún no se espera su regreso a casa. La Fuerza Espacial ha indicado que el vehículo continuará con sus objetivos de prueba y experimentación en el espacio. Este enfoque a largo plazo no solo busca avanzar en la tecnología de vehículos espaciales reutilizables, sino que también tiene implicaciones significativas para la seguridad nacional y la exploración futura del espacio. Con una longitud de casi 30 pies, el X-37B es un cuarto del tamaño del transbordador espacial de la NASA, pero su impacto en la investigación espacial es monumental.