La orden ejecutiva de Trump y su repercusión
Uno de los primeros actos del presidente Donald Trump tras su inauguración fue firmar una orden ejecutiva que renombraba el Golfo de México como Golfo de América y Denali como Monte McKinley. Esta decisión ha generado un amplio debate sobre la autoridad y la práctica de renombrar lugares geográficos en Estados Unidos. La orden de Trump, aunque no obliga a las empresas a seguir su directriz, ha llevado a Google a anunciar que cambiará los nombres en su aplicación de Google Maps.
La respuesta de Google ante la directriz presidencial
Google ha confirmado que, a pesar de que la orden de Trump no ha sido reflejada aún en el Sistema de Información de Nombres Geográficos (GNIS), la empresa procederá a actualizar los nombres en su plataforma una vez que el GNIS lo haga. Esto se debe a que Google tiene una práctica establecida de aplicar cambios de nombres cuando estos son actualizados en fuentes oficiales del gobierno. Sin embargo, la situación actual plantea interrogantes sobre la rapidez y la forma en que se implementarán estos cambios.
Implicaciones globales de los cambios de nombres
La decisión de Google no solo afectará a los usuarios en Estados Unidos, sino que también tendrá repercusiones a nivel internacional. Según la política de Google, los nombres de los lugares se muestran de acuerdo con el nombre oficial en el país donde se encuentran. Esto significa que, mientras los usuarios en EE. UU. verán el Golfo de América, los usuarios internacionales podrían ver ambos nombres: Golfo de América y Golfo de México. Esta dualidad en la nomenclatura refleja la complejidad de los nombres geográficos y su significado cultural y político.
