Un esquema internacional de empleo remoto
Recientemente, las autoridades estadounidenses han presentado cargos contra cinco individuos por su supuesta participación en un esquema de empleo remoto que involucraba a trabajadores de TI norcoreanos. Este esquema, que se extendió durante varios años, permitió a los ciudadanos norcoreanos obtener empleo en diversas empresas estadounidenses, engañando a estas organizaciones sobre su verdadera ubicación. La acusación fue anunciada por el Departamento de Justicia de EE.UU., que ha estado vigilando de cerca las actividades cibernéticas de Corea del Norte.
Los acusados y sus roles
Entre los acusados se encuentran dos ciudadanos norcoreanos, Jin Sung-Il y Pak Jin-Song, así como tres individuos de otros países, incluyendo a Pedro Ernesto Alonso De Los Reyes de México y a los estadounidenses Erick Ntekereze Prince y Emanuel Ashtor. Según la acusación, Ntekereze y Ashtor facilitaron el acceso remoto a los dispositivos proporcionados por las empresas, utilizando software como Anydesk y TeamViewer para ocultar la verdadera ubicación de los trabajadores norcoreanos. Además, se les acusa de haber proporcionado documentos de identidad falsificados, incluyendo pasaportes y cuentas bancarias estadounidenses.
Impacto financiero y medidas de seguridad
El esquema permitió a los acusados obtener empleo en al menos 64 organizaciones estadounidenses, generando ingresos significativos. Se estima que diez de estas empresas realizaron pagos que sumaron al menos $866,255, la mayoría de los cuales fueron lavados a través de cuentas bancarias en China. Devin DeBacker, un funcionario del Departamento de Justicia, enfatizó la importancia de interrumpir estos esquemas que buscan evadir sanciones y financiar programas prioritarios del régimen norcoreano, incluyendo su desarrollo de armas.
Aumento de actividades maliciosas
El FBI ha advertido que los trabajadores de TI norcoreanos están cada vez más involucrados en actividades maliciosas, como la extorsión de datos. La agencia ha observado que estos trabajadores utilizan accesos ilegales a redes corporativas para extraer información sensible y llevar a cabo actividades delictivas en nombre del régimen. Este caso subraya la creciente amenaza que representan las operaciones cibernéticas norcoreanas y la necesidad de que las empresas estadounidenses implementen medidas de seguridad más robustas para protegerse contra tales intrusiones.