Intuitive Machines ha marcado un nuevo hito en la exploración espacial al aterrizar su segundo vehículo en la luna, un año después de su primer éxito. El módulo lunar, denominado Athena, tocó la superficie lunar el pasado jueves, aunque no sin complicaciones. Según los informes, el vehículo podría haber quedado volcado, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de su misión.
Detalles del aterrizaje y la situación actual de Athena
Athena aterrizó en la zona de 50 metros en Mons Mouton, una montaña plana en el polo sur lunar. Durante una conferencia de prensa posterior al aterrizaje, el director de tecnología de la compañía mencionó que aún estaban trabajando para determinar la ubicación exacta del aterrizaje. El CEO, Steve Altemus, expresó su preocupación por la posición del módulo, sugiriendo que no se encontraba en la “actitud correcta”, lo que implica que podría haber volcado. A pesar de estos contratiempos, Altemus elogió la misión, destacando que fue mucho más fluida que el viaje del año anterior.
Objetivos y tecnología a bordo de Athena
El módulo lunar fue lanzado al espacio el 26 de febrero a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9 y lleva consigo una serie de tecnologías que Intuitive Machines esperaba probar. Entre ellas se encuentra un array de retroreflectores láser pasivos, que la compañía planea utilizar para comunicarse con otras naves espaciales que se aproximen o estén en órbita. Esta tecnología es fundamental para los planes de la NASA de establecer una base lunar permanente, lo que llevó a la agencia a otorgar un contrato de 4.8 mil millones de dólares a Intuitive Machines para desarrollar el sistema de comunicaciones.
Experimentos y carga útil de la misión
Aparte del retroreflector, Athena también transporta un experimento de minería de hielo para la NASA, que busca determinar si existen suficientes recursos naturales en la luna para producir combustible o oxígeno respirable en el futuro. Además, se incluye un rover llamado MAPP, diseñado para probar equipos celulares de Nokia, y un sistema de almacenamiento sólido que se presenta como el primer “centro de datos lunar” de la historia. Estos experimentos no solo son cruciales para la misión de Athena, sino que también representan un avance significativo en la exploración y utilización de los recursos lunares.
