Un inversor británico ha puesto en jaque la venta de los activos de la startup de vehículos eléctricos Canoo, solicitando a un juez de quiebras en Delaware que detenga el proceso, al calificarlo de «defectuoso». Charles Garson, un inversor basado en Londres, ha ofrecido $20 millones por los activos de Canoo, lo que contrasta drásticamente con la oferta de su CEO, Anthony Aquila, quien solo propuso $4 millones en efectivo.
La oferta de Garson y la respuesta del fideicomisario
Según documentos judiciales, Garson fue informado por el fideicomisario de quiebras que su oferta sería considerada y que tenía hasta finales de abril para finalizar los detalles. Sin embargo, solo dos días después de esta comunicación, el fideicomisario avanzó con la audiencia de venta y cerró el trato con Aquila el 11 de abril. Esta rápida acción ha llevado a Garson a presentar una moción para anular la venta, argumentando que su oferta era «muy superior».
Reacciones y objeciones a la venta
Garson no está solo en su oposición a la venta. Harbinger Motors, una startup de camiones eléctricos formada por ex-empleados de Canoo, también ha objetado el acuerdo. Aunque el juez de quiebras desestimó su objeción, Harbinger ha presentado una apelación. La falta de información sobre Garson ha generado especulaciones; su perfil de LinkedIn indica que está involucrado en inversiones inmobiliarias y es director de Garland Holdings Limited, una empresa de inversión en bienes raíces en el Reino Unido.
El futuro incierto de Canoo
La moción presentada por Garson no aclara sus motivos para interesarse en Canoo ni si hay otros inversores involucrados. A pesar de que se han presentado 23 documentos en apoyo a su moción, todos han sido sellados. La situación se complica aún más con la revelación de que hasta ocho partes firmaron acuerdos de confidencialidad y evaluaron los activos de Canoo antes de la venta, aunque solo un par de ellas estaban cerca de presentar una oferta.
La controversia en torno a la venta de Canoo pone de relieve las complicaciones del proceso de quiebra y la lucha por los activos de una empresa en dificultades. A medida que se desarrollan los acontecimientos, el futuro de Canoo y sus activos sigue siendo incierto, con múltiples partes interesadas y un proceso judicial que podría cambiar el rumbo de la startup.