Fugas en el módulo Zvezda
La estación espacial internacional (EEI) se encuentra en una situación crítica debido a las fugas detectadas en el módulo Zvezda, una de las estructuras más antiguas de la estación, que fue añadida en el año 2000.
Este módulo, que conecta con un puerto de acoplamiento, ha presentado problemas de fuga desde hace cinco años, pero en 2024, la tasa de fuga ha aumentado considerablemente, alcanzando niveles tres veces superiores a los observados en 2019. La NASA ha calificado estas fugas como un riesgo de seguridad importante, lo que ha llevado a un escrutinio tanto de la agencia estadounidense como de Roscosmos, la agencia espacial rusa.
Investigaciones en curso
Los equipos de la EEI están trabajando arduamente para identificar la causa raíz de estas fugas. Según un portavoz del Centro Espacial Johnson, tanto NASA como Roscosmos están evaluando datos de pruebas a bordo y en tierra con el objetivo de comprender mejor los riesgos para las operaciones de la estación y llevar a cabo reparaciones necesarias. Los cosmonautas han realizado inspecciones en las superficies interiores del módulo Zvezda utilizando instrumentos que pueden detectar incluso las más mínimas imperfecciones. A pesar de que se han aplicado selladores en algunas grietas, la situación sigue siendo preocupante.
El impacto de las fugas en la operación de la EEI
A pesar de que la EEI está diseñada para permitir un cierto nivel de fuga, el aumento en la tasa de pérdida de aire es alarmante. La presión de aire a bordo es de 14.7 psia, lo que significa que un pequeño agujero no provocará una despresurización rápida como se muestra en algunas películas de Hollywood. Sin embargo, la pérdida de aire valioso y finito sigue siendo un problema. Afortunadamente, la EEI se reabastece regularmente con oxígeno, agua y otros suministros, pero si estas fugas no se controlan, podrían convertirse en un problema serio, especialmente en misiones futuras más allá de la órbita terrestre.
Desafíos futuros y soluciones potenciales
La EEI no solo enfrenta problemas de fugas, sino que también está expuesta a otros riesgos, como la basura orbital y el envejecimiento de sus componentes. La NASA y Roscosmos tienen un interés común en resolver estos problemas para asegurar la continuidad de las operaciones de la estación. En caso de que las fugas se agraven y no se puedan reparar, la EEI está compuesta por diferentes cápsulas que pueden ser aisladas, similar a un submarino. Esto permite que se cierren secciones de la estación en caso de emergencia, garantizando la seguridad de los astronautas a bordo.