Según datos de Dealroom citados por el Financial Times, las startups británicas recaudaron solo £16.2 mil millones el año pasado, una cifra significativamente inferior a los más de £65 mil millones que sus contrapartes en Silicon Valley lograron en el mismo período. Este fenómeno no es aislado, sino que forma parte de una tendencia que se ha ido acentuando en los últimos años, donde el capital de riesgo en EE. UU. parece estar cada vez más alejado del Reino Unido.
El creciente dominio del capital de riesgo estadounidense
En 2024, el 57% de la financiación global de capital de riesgo se destinó a startups estadounidenses, marcando la primera vez que esta proporción supera el 50% en más de una década, según Dealroom. Este aumento en la financiación estadounidense ha llevado a muchos emprendedores británicos a replantearse su futuro. La falta de capital en el Reino Unido se ha convertido en un tema recurrente entre los fundadores, quienes están considerando la posibilidad de trasladar sus operaciones a EE. UU. para acceder a mayores recursos.
La experiencia de los emprendedores británicos
Mati Staniszewski, cofundador de la empresa de inteligencia artificial ElevenLabs con sede en Londres, comentó en una entrevista con el FT que, al reconocer que la mayoría de la financiación de riesgo proviene de EE. UU., decidieron establecerse como una corporación de Delaware, la estructura preferida y más familiar para los inversores estadounidenses. Esta decisión refleja la creciente necesidad de adaptarse a un entorno de inversión que favorece a las startups en EE. UU.
Consideraciones para el futuro
Barney Hussey-Yeo, fundador y CEO de la startup de inteligencia artificial Cleo, reveló que ya pasa cuatro meses al año en San Francisco y está considerando seriamente un traslado permanente. “Llegas a un tamaño en el que no hay capital en el Reino Unido. Y el problema está empeorando”, expresó Hussey-Yeo. Esta situación plantea un desafío significativo para el ecosistema emprendedor británico, que podría verse afectado si no se toman medidas para abordar la falta de financiación.
La creciente brecha entre el financiamiento de startups en el Reino Unido y EE. UU. no solo afecta a los emprendedores, sino que también podría tener repercusiones en la innovación y el crecimiento económico del país. A medida que más fundadores miran hacia el otro lado del Atlántico, el Reino Unido enfrenta la urgente necesidad de revitalizar su ecosistema de inversión para retener su talento y fomentar un entorno más favorable para el emprendimiento.
