La revolución de los robots en el cine: un vistazo a ‘The Electric State’
El nuevo filme de Netflix, ‘The Electric State’, dirigido por los hermanos Anthony y Joe Russo, presenta una visión única y provocativa de un mundo poblado por robots. Con un presupuesto estimado de $320 millones, la película se sitúa en una versión alternativa de los años 90, donde los robots sintientes han existido durante décadas. Este contexto permite explorar temas de rebelión y exilio, ya que los robots, tras perder una guerra contra los humanos, son desterrados a una región del suroeste estadounidense.
Un diseño innovador y provocador
El supervisor de efectos visuales, Matthew E. Butler, destaca que el diseño de estos robots es intencionalmente opuesto a lo que conocemos hoy. A diferencia de los robots modernos, que suelen tener un diseño funcional y práctico, los robots de ‘The Electric State’ presentan características inusuales y, a menudo, cómicas. Por ejemplo, el robot Cosmo tiene una cabeza gigante sobre un cuello pequeño, lo que Butler describe como un diseño deliberadamente poco práctico. Esta elección estética busca crear una apariencia no amenazante, lo que permite que los personajes humanos interactúen con ellos de manera más natural.
La creación de personajes robóticos únicos
La película no solo presenta un robot, sino que Butler y su equipo tuvieron que dar vida a cientos de robots únicos. Cada uno de estos robots se considera un personaje individual, lo que añade una capa de complejidad al proceso de producción. La creación de estos personajes robóticos no fue sencilla; el equipo enfrentó numerosos desafíos técnicos y creativos. Utilizando una combinación de captura de movimiento tradicional y trajes basados en acelerómetros, los actores de captura de movimiento trabajaron junto a los actores en el set, lo que permitió que las interacciones se sintieran auténticas y fluidas.
Desafíos en la animación y la actuación
El proceso de animación fue más complicado de lo que podría parecer a simple vista. Butler explica que, aunque los movimientos de los actores se trasladan a los robots, cada robot tiene limitaciones de diseño que deben ser consideradas. Esto significa que los animadores deben ajustar las acciones para que se alineen con las capacidades físicas de cada robot. Además, la dirección creativa y las voces de los actores también influyen en cómo se perciben estos personajes en pantalla, lo que requiere un enfoque colaborativo entre todos los artistas involucrados.
En resumen, ‘The Electric State’ no solo es una película sobre robots; es una exploración profunda de cómo estos seres mecánicos pueden ser representados en el cine. A través de un diseño innovador y un enfoque narrativo único, los hermanos Russo han creado una obra que invita a la reflexión sobre la relación entre humanos y máquinas en un futuro no tan lejano.
