El lunes, la primera dama Melania Trump expresó su apoyo a la ley TAKE IT DOWN, una iniciativa legislativa que busca combatir los deepfakes, un fenómeno creciente en el ámbito digital. Los deepfakes son videos e imágenes generados por inteligencia artificial que pueden ser utilizados para crear contenido engañoso y, en muchos casos, no consensuado. Esta problemática ha cobrado relevancia en los últimos años, afectando no solo a celebridades, sino también a personas comunes, especialmente mujeres, que se convierten en víctimas de representaciones explícitas sin su consentimiento.
El año pasado, por ejemplo, imágenes explícitas de la cantante Taylor Swift se volvieron virales en la plataforma X, lo que subraya la vulnerabilidad de las figuras públicas ante este tipo de abusos. Sin embargo, el impacto de los deepfakes va más allá de las celebridades; cualquier persona puede ser objeto de este tipo de manipulación, lo que puede tener consecuencias devastadoras para su salud mental y bienestar.
Acciones legislativas y el apoyo bipartidista
En respuesta a esta creciente preocupación, varios estados de EE. UU. han comenzado a tomar medidas contra los deepfakes, aunque las regulaciones varían según la ubicación. El mes pasado, el Senado aprobó la ley TAKE IT DOWN, que convertiría en un delito federal la publicación o la amenaza de publicar imágenes explícitas sin el consentimiento de la persona involucrada, incluyendo aquellas generadas por inteligencia artificial. Este proyecto de ley cuenta con el respaldo de miembros de ambos partidos, incluyendo al senador republicano Ted Cruz y a la senadora demócrata Amy Klobuchar.
Además, la ley estipula que las plataformas de redes sociales tendrían un plazo de 48 horas para eliminar dicho contenido y evitar que se publiquen duplicados. La Comisión Federal de Comercio podría demandar a las plataformas que no cumplan con estas regulaciones, lo que marca un paso significativo en la lucha contra el abuso en línea.
Preocupaciones sobre la libertad de expresión
A pesar del apoyo a la ley, organizaciones defensoras de la libertad de expresión han expresado su preocupación. Grupos como la Electronic Frontier Foundation y la Woodhull Freedom Foundation enviaron una carta al Senado antes de la votación, señalando que aunque el objetivo de la ley es loable, su redacción actual podría resultar en la eliminación de imágenes explícitas consensuales, así como contenido periodístico o de discurso político.
La carta argumenta que el mecanismo de notificación y eliminación propuesto podría ser inconstitucional y tendría un impacto censurador en la libre expresión de los usuarios. También se teme que la ley incentive el uso de filtros automáticos que podrían marcar erróneamente contenido legal, lo que podría poner en peligro la encriptación de extremo a extremo, una característica crucial para la privacidad en las comunicaciones digitales.
El futuro de la ley TAKE IT DOWN
A pesar de las preocupaciones planteadas, se espera que la Cámara de Representantes vote sobre el proyecto de ley en un futuro cercano. La primera dama Melania Trump, durante una discusión en el Capitolio, enfatizó que «cada joven merece un espacio seguro en línea para expresarse libremente, sin la amenaza inminente de explotación o daño». La lucha contra los deepfakes es un tema complejo que requiere un equilibrio entre la protección de las víctimas y la preservación de la libertad de expresión en el entorno digital.
