Un panorama cambiante para las startups de IA
En un movimiento que ha captado la atención de la industria tecnológica, Metropolis, una plataforma de estacionamiento impulsada por inteligencia artificial, ha adquirido Oosto, anteriormente conocida como AnyVision, por un valor de 125 millones de dólares. Este acuerdo, que representa solo un tercio de los 380 millones de dólares recaudados por Oosto a lo largo de los años, pone de relieve los desafíos que enfrentan muchas startups en el actual clima económico y tecnológico.
Oosto: de la controversia a la reestructuración
Oosto ha tenido un recorrido tumultuoso desde su fundación. Originalmente, la empresa se destacó en el ámbito de la visión por computadora, desarrollando tecnologías utilizadas en aplicaciones de vigilancia que generaron críticas y controversias. A pesar de haber recaudado 235 millones de dólares en 2021, la compañía se vio afectada por la mala prensa y la pérdida de inversores clave como Microsoft. En un intento por cambiar su imagen, Oosto se rebrandeó y buscó nuevas oportunidades en aplicaciones empresariales, pero los problemas financieros persistieron, con ingresos anuales que no superaban los 10 millones de dólares.
Metropolis: una visión clara hacia el futuro
Por otro lado, Metropolis ha estado en una trayectoria ascendente, recaudando 1.7 mil millones de dólares en 2023, gran parte de los cuales se destinaron a la adquisición de SP Plus, otro especialista en tecnología de estacionamiento. La compra de Oosto podría ser una estrategia para expandir su oferta de servicios y mejorar su tecnología de visión por computadora. Según expertos, esta adquisición tiene sentido desde el punto de vista tecnológico, ya que ambas empresas comparten un enfoque en soluciones de seguridad y gestión urbana impulsadas por IA.
Implicaciones para el futuro de la IA
La adquisición de Oosto por Metropolis no solo es un cambio significativo para ambas empresas, sino que también refleja las tensiones y transformaciones en el sector de la inteligencia artificial. A medida que la IA se convierte en un componente esencial de diversas industrias, las startups deben navegar por un entorno cada vez más competitivo y, a menudo, crítico. La historia de Oosto puede servir como una advertencia para las nuevas empresas que buscan capitalizar el auge de la IA, recordándoles que el éxito no está garantizado y que la percepción pública puede influir en su viabilidad a largo plazo.