El contexto de la propuesta de adquisición
En el año 2017, OpenAI, la organización de investigación en inteligencia artificial cofundada por Elon Musk, consideró la posibilidad de adquirir Cerebras, una empresa emergente dedicada a la fabricación de chips de IA. Este interés surgió en un momento en que OpenAI buscaba expandir sus capacidades tecnológicas y reducir su dependencia de proveedores externos, como Nvidia, que dominaba el mercado de chips optimizados para IA.
La propuesta de adquisición fue discutida en correos electrónicos entre Ilya Sutskever, cofundador y ex-científico jefe de OpenAI, y Musk. En uno de estos correos, Sutskever sugirió que la compra podría realizarse a través de Tesla, la compañía de vehículos eléctricos de Musk. Sin embargo, también expresó preocupaciones sobre cómo esta estrategia podría no alinearse con la misión de OpenAI, que se centra en el beneficio a largo plazo de la humanidad.
Las implicaciones de la adquisición
Si la adquisición de Cerebras se hubiera concretado, podría haber cambiado el rumbo de ambas empresas. Cerebras, que se especializa en construir hardware personalizado para ejecutar y entrenar modelos de IA, habría evitado un complicado proceso de oferta pública inicial (IPO). Por su parte, OpenAI habría ganado un recurso vital en su carrera por desarrollar chips internos, lo que le habría permitido reducir costos en el entrenamiento y la ejecución de modelos de IA.
A pesar de la potencial sinergia, la propuesta de adquisición no se materializó y OpenAI decidió posponer sus ambiciones en el ámbito de los chips. En los años siguientes, la organización se enfocó en construir un equipo de diseñadores e ingenieros de chips, colaborando con empresas semiconductoras como Broadcom y TSMC para desarrollar su propio chip de IA, que se espera esté disponible para 2026.
Desafíos actuales de Cerebras
A pesar de su promesa tecnológica, Cerebras enfrenta desafíos significativos. En la primera mitad de 2024, una sola empresa de Abu Dhabi, G42, representó el 87% de sus ingresos, lo que ha generado inquietudes entre los legisladores estadounidenses debido a los vínculos históricos de G42 con China. Además, el CEO de Cerebras, Andrew Feldman, tiene un pasado complicado, habiendo sido condenado por eludir controles contables en su anterior puesto en Riverstone Networks.
La historia de la posible adquisición de Cerebras por parte de OpenAI resalta no solo las ambiciones de ambas empresas en el campo de la inteligencia artificial, sino también los complejos desafíos que enfrentan en un mercado en rápida evolución. A medida que OpenAI continúa su camino hacia la autosuficiencia en la fabricación de chips, el legado de esta propuesta de adquisición sigue siendo un recordatorio de las decisiones estratégicas que pueden definir el futuro de la tecnología.